Cuando Jesús está en el centro de la familia, no desaparecen los problemas, pero sí se afrontan de manera diferente.
Este apostolado ha nacido para ayudar a cada persona a encontrarse con Jesús, con el Amor de su Corazón, y para hacer que este encuentro no quede en la experiencia de un solo miembro, sino que reine en cada matrimonio y en cada familia, y sea el epicentro y dinamizador de toda la vida familiar.