Qué nos trae Jesús, el Reino en persona
¿Y qué nos trae Jesús? Podemos preguntarnos. Es una pregunta preciosa que Joseph Ratzinger se planteó frontalmente en su obra Jesús de Nazaret con estas palabras:
“¿Qué ha traído Jesús realmente, si no ha traído la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor? ¿Qué ha traído? La respuesta es muy sencilla: a Dios. [Jesús] ha traído a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se había ido revelando primero poco a poco, desde Abraham hasta la literatura sapiencial, pasando por Moisés y los profetas; el Dios que sólo había mostrado su rostro en Israel y que, si bien entre muchas sombras, había sido honrado en el mundo de los pueblos…”. (Jesús de Nazaret, pp. 69-70)
a Dios. [Jesús] ha traído a Dios.
Jesús es el Reino de Dios en persona. Las personas a las que el Señor llama al Regnum Christi se sienten invitadas justamente a esto: a que en cada minúscula o mayúscula realidad se haga presente el reino, Jesús mismo, que sale a nuestro encuentro para regalarnos su amor, congregarnos y formarnos para enviarnos con Él a la misión de hacerle presente aquí y ahora con cada pequeño o gran gesto de nuestra vida.
Noche de Reyes: ha venido para todos.
En toda la creación está inscrita la huella de su creador, y aquellos sabios de tierras lejanas pudieron averiguar que algo único estaba sucediendo cuando escrutaban los movimientos de los astros, algo único y maravilloso, grande: Dios mismo, el hacedor del universo, se encarnaba.