El miembro laico del Regnum Christi concibe la vida espiritual como el desarrollo progresivo de la vida trinitaria en él, que lo lleva a configurarse con Cristo. Por eso, la vive como una relación dinámica de amor con Dios que se nutre en los sacramentos, la Palabra, la vida litúrgica, la oración y el ejercicio de las virtudes teologales y morales.
La vida espiritual permea y armoniza todos los ámbitos de su vida.