Explica en esta entrevista a LomásRC que le “encantaría ayudar en la pastoral familiar y juvenil”, aunque dado también que ha trabajado dos años con apostólicos en Vall de Flors reconoce que un sacerdote recién ordenado también les “puede aportar su entusiasmo y amor por la vocación sacerdotal. Los chicos que apenas empiezan a dar sus primeros pasos en este camino pueden recibir de nosotros mucho ánimo para seguir a Cristo”.
El P. Wagner ha sido destinado a Valencia este año y es un destino que repite por tercera vez en su vida. Ahora es el asistente para el ECYD, instructor de formación y asesor espiritual de Cumbres School Valencia. Lee su entrevista a continuación.
Es verdad, ya es mi tercera vez que me destinan a Valencia. No sé lo que tiene Valencia, pero desde luego además de la alegría de su gente, siempre he sido bien acogido. Me encanta y me siento en casa. No imaginaba volver una tercera vez y lo veo como un regalo de Dios y con mucha ilusión y esperanza de ayudar con mi granito de arena a las personas en su encuentro con Dios.
Sí, he estado dos años como formador de precandidatos en Moncada y un año apoyando al seminario menor de Vall de Flors. Un sacerdote recién ordenado puede aportar su entusiasmo y amor por la vocación sacerdotal. Los chicos que apenas empiezan a dar sus primeros pasos en este camino pueden recibir de nosotros mucho ánimo para seguir a Cristo. Es como si vieran que ellos también pueden llegar y el bien que pueden realizar como sacerdotes. El buen ejemplo y entusiasmo de un sacerdote siembra en el corazón de esas almas el deseo de seguir a Jesucristo con más entrega y alegría.
¿Y a los jóvenes del colegio Cumbres? Por cierto, ¿le van a acompañar?
Veo que también a los chicos del colegio Cumbres es una gran alegría para ellos tener a un amigo sacerdote recién ordenado. Me motivan mucho sus oraciones por mí y varios me han preguntado sobre mi vocación y cómo me sentía estando tan cerca de la ordenación sacerdotal. Veo que para ellos también es un antes y un después. Muchos me conocieron cuando era todavía hermano y ahora me pueden acompañar en este siguiente paso de mi ordenación. Vendrán a Roma un buen grupo de chicos con sus familias a acompañarme en este momento tan especial e importante para mí. Estoy muy agradecido y valoro muchísimo que me acompañen y que recen por mí y conmigo.
El Colegio es un campo de apostolado que me ayuda y que me ofrece una amplitud de actividades para evangelizar y ayudar a los chicos y sus familias. Por la necesidad que hay en la sociedad me encantaría ayudar en la pastoral familiar y juvenil.
¿Qué consejos nos daría para acompañarles a ustedes, los nuevos sacerdotes, en estos momentos?