“Estoy llena de alegría de decir: sí, Señor heme aquí, soy tu sierva. La alianza -señala su anillo- no es sólo mía, es de todos ustedes. Yo respondo porque Dios me ha llamado a esto, pero todos respondemos a lo que Dios nos pide.”
Maria Hemm nació el 23 de enero de 1993, en Ochsenfurt, Baviera, Alemania. Estuvo en el Centro estudiantil en Valencia entre 2008 y 2011. Se consagró el 10 de septiembre de 2011. Despuésestudió el Bachillerato en Teología en San Dámaso, Madrid, y ha hecho sus prácticas apostólicas enBarcelona como instructora de formación en el Colegio Reial Monestir de Santa Isabel, y ahora ha comenzado su nueva misión en el Colegio Everest de Santiago de Chile.
“La celebración de los votos definitivos de mi hermana fue una verdadera fiesta de la fe. Los que estuvimos presentes experimentamos algo de cómo va a ser el cielo: muchísima alegría, una bonita celebración litúrgica adorando a Dios, un gran ambiente de familia, una caridad y unión palpables entre todos. En lo personal me edificó que tantas personas hayan sido tocadas por la gracia de Dios y salieron de esa fiesta con una experiencia de Él y del amor cristiano.” (H. Peter Hemm, L.C., cursa tercero de filosofía en Roma)
Movimiento a través de su familia y de uno de los colegios de la Red Semper Altius en donde estudiaba. Desde la infancia, perteneció al Club Net y al ECYD. Fue colaboradora ECYD en Guadalajara en el verano del 2007. Fue miembro del Centro estudiantil tres años. Hizo su primer año de formación en Monterrey y los siguientes tres en Greenville, Rhode Island. Actualmente es instructora de formación en el CECVAC Institute en Monterrey.
“A través de la oración y del acompañamiento me di cuenta de que Dios desde siempre me había escogido, y que su plan está pensado para hacerme feliz. Me consagré el 13 de agosto del 2011, y aunque no todo ha sido fácil, Dios nunca me ha dejado sola y me ha hecho sentir la paz y felicidad que promete”, expresó Lili.
“Fue un día de sentir mucha gratitud hacia Dios y todas las personas que me apoyan y me han apoyado durante estos años. Es un misterio el que Dios me haya llamado en este momento específico de nuestra historia como Regnum Christi, y sin ningún mérito mío sé que este paso, así como el de las demás compañeras que han emitido sus votos en estos años, es para muchos es un signo de esperanza. Darle hoy mi ´para siempre´ fue para mí abandonarme en su fidelidad y confiar en su obra redentora que hace que todo obre para el bien. Fue un renovar mi deseo de que mi vida hable y proclame las maravillas que Él ha hecho, en un mundo que tanto le necesita.”